¿Qué es lo que más disfrutará cuando el mundo vuelva a la normalidad?
Estar afuera, cortar el césped y trabajar con mis plantas y mis flores. Tengo ocras, tomates, mostaza de la India, apio y menta, pero el tiempo arruinó muchas de mis plantas. Estoy empezando de nuevo.
Srta. Carol, ¿qué pensó la primera vez que oyó hablar del coronavirus en marzo de 2020?
Recuerdo la primera vez que oí hablar del virus en marzo. Creo que nuestro último día en la iglesia fue el 5 de marzo, porque no íbamos a volver, y eso fue lo más aterrador, el hecho de no poder hacer algo. Darme cuenta de que no podía volver a la iglesia.
¿Estuvo muy preocupada en los días en que había mucha confusión?
Sí, estaba muy preocupad porque no quería que nadie se me acercara. No confiaba en que nadie se me acercara. Cuando estaba en casa, me aseguraba de no salir.
¿Dudó alguna vez de aplicarse la vacuna, Srta. Carol?
Sí, mucho, porque tengo asma y tenía miedo de arriesgarme y ponerme la vacuna, pero a medida que el tiempo pasaba y rezaba, todos mis amigos se empezaron a vacunar y veía cómo estaban. Por eso me dieron ganas de hacerlo y sabía que iba a estar bien y que tenía que hacerlo. Todos mis hermanos y yo nos vacunamos. Nos aseguramos de que cada uno de mis hermanos recibiera la vacuna y así lo hicimos. Me dolió el brazo, pero al día siguiente ya me sentía bien.
¿Sintió alivio cuando se aplicó la segunda dosis?
Sí, muchísimo. Cuando me puse la vacuna y salí de la farmacia, sentí que me había sacado un peso de encima. Ahora siento que puedo salir y hacer cosas. Sé que aún debo mantener la distancia y usar la mascarilla, pero me siento mejor. Y les digo a todos que es un alivio.
Debe sentirse muy bien por haber recuperado la libertad.
Muy bien, muy bien. Y sé que aún tenemos que tener cuidado, pero no es como era antes.
Tiene una amiga en la comunidad que se llama Heather Diaz. ¿Quién es Heather y cómo se conectaron?
Ah, Heather es genial. Antes de que todo esto pasara, yo solía a ir a las clases de Humana e iba a las clases que ella hacía. Hicimos una caminata de 5 km. Heather y yo caminábamos rápido. Así que nos pusimos adelante y empezamos a bailar y caminar, bailar y caminar, y nos divertimos muchísimo.
Tengo entendido que la considera una mujer increíble y admira lo activa que es.
Sí, ella me admira. Yo también la admiro a ella. Es mi inspiración para seguir adelante.
¿Qué le significó el apoyo de la comunidad y de personas como Heather durante estos tiempos tan difíciles?
Ella sabe que me gusta salir y hacer cosas, y siempre me preguntaba: "Srta. Carol, ¿necesita algo?". Iba a la tienda por mí cuando se lo pedía. Sea lo que fuera que necesitara, me llamaba y me preguntaba, y me encanta eso de ella. Se fijaba cómo estaba yo.
Srta. Carol, cuando piensa en el primer día de regreso a la iglesia, después de todos estos meses, y en estar con todos los feligreses, poder cantar con el coro y poder rezar con la gente de su comunidad, ¿cómo cree que será?
Será glorioso. ¿Quiere que me pare y me ponga a bailar?
Claro.
Así va a ser. Nos vamos a parar y a decir "¡Aleluya!". ¡Aleluya, aleluya! Y podremos hacerlo. Gracias, Señor. Gracias. Gracias, de veras.
Va a ser una gran mañana, ¿no?
Así es. No veo la hora de que llegue el momento.