Bueno, mi nombre es Van Joseph Simms Jr.
Me llamo Adrian.
Soy el agente de seguros de Van.
Recuerdo la primera vez que conocí a Van.
Vino a casa, le dije que entrara
y tomara asiento y me contó quién era.
Habló mucho y
rompió el hielo.
100%.
Nos sentamos,
nos reímos,
hicimos bromas,
hablamos del pasado.
¿Sabe a lo que me refiero?
Y después de eso,
me quedé sorprendido.
Era un hombre increíble.
Me contó que era el conductor
de un camión.
Estaba muy entusiasmado cuando
me contó esa historia.
Comencé a manejar camiones cuando era joven.
Terminé trabajando de eso por 42 años y medio.
¿Sabe?
Y para mí, esos 42 años y medio
fueron muy buenos.
Cuando Van habla de su camión es como
una historia de amor.
Lo describe como si fuera su esposa.
Lucille era mi camión y, sí, era hermoso.
Tenía doble cabina.
Llantas cromadas.
Muchas luces. Una hermosura.
Cuando me tuve que bajar del camión por mis rodillas,
lloré como un bebé.
Porque había estado ahí toda mi vida.
Fue devastador.
Humana me ayudó porque conocía mi situación.
Sabía cómo me sentía.
Lo escucharon.
Tiene un equipo de profesionales que realmente
se ocupa de él.
Le encanta ir al consultorio de su
médico de atención primaria.
Me tratan como a un ser humano.
Me dicen la verdad.
Tengo 75 años y nunca recibí esa atención antes.
Van encontró una manera de volver a la carretera.
Custodio un autobús que lleva a niños autistas.
Su apodo es "Papa Bear".
Les dije "Sé que soy grandote y feo, pero
sé que no me parezco a un oso", pero ellos
quisieron llamarme así. Y no tengo problema. La pasamos bien arriba del autobús.
Es genial ver cómo
hace su trabajo y me gusta y
además lo aprecio mucho.
¿Qué hay para mí más adelante?
Adonde me lleve la corriente, está bien.